Como anuncié la semana pasada, el post de hoy va dirigido a presentaros a cuatro de los personajes masculinos de esta historia.
Voy a dejaros una foto de la persona que me ha inspirado a cada uno de ellos, una breve descripción y cómo fue su primer encuentro con Olivia, la protagonista.
¡Ahí van!
Este es Matthew, el ángel de la guarda que recibe a Olivia a su llegada al «cielo» tras su accidente.
Matthew será el guia en esta historia. Verá en el cine la película junto a Olivia y conseguirá sacar con ella sentimientos que la protagonista no creía tener. Pero Matthew… es mucho más que un ángel de la guarda…
Así es como se conocen. Hay quien me ha dicho que la escena le da un poco de vergüenza ajena por ella, pero a mí me resulta muy divertida.
De pronto, veo a alguien en la distancia. Es un joven que camina como si tuviese prisa. Me llevo las manos a la boca, sorprendida, porque estoy segurísima de que es Adam Levine. Esta vez Mike y Susan se han superado. Realmente, va a merecer la pena cumplir cuarenta. Ahora mismo me siento como los protagonistas de ese vídeo en el que él y su grupo se cuelan en bodas para cantarles a los novios.
—¡No me lo puedo creer! —exclamo cuando está cerca—. ¿Puedo darte un abrazo?
Sin esperar a que responda, lo hago. Y, sin lugar a dudas, es el momento de mayor emoción en mi vida.
—Vaya…, nunca nadie fue tan efusivo al verme. —Un tanto extrañado rodea con timidez mi cintura.
—¡Guau!, Adam Levine en mi cumpleaños. —Lo miro perpleja, tomando algo de distancia para verlo mejor.
—¿Adam? —Entorna los ojos torciendo el gesto—. Me parece que te equivocas. Yo soy Matthew.
—Bonito nombre. Mi padre también se llama Matthew, pero todos le llaman «Matt».
Acepto la mano que me ofrece a modo de saludo y le sonrío con cara de «venga sí, voy a seguirte el juego para no dejarte mal». Alargo las presentaciones agitando nuestros brazos y mirándolo embelesada como si las palmas se hubiesen quedado pegadas. «¿Cómo puede ser tan guapo?», me pregunto. Termina por tirar de la suya para que lo suelte.
—Vamos, sé que mis amigos te han dicho que disimules, pero no cuela. Por cierto, ¿dónde están? —pregunto, llevándome la punta de los dedos a los bolsillos traseros de los vaqueros. Giro sobre mí misma y espero que salgan de su escondite en cualquier momento gritando: «¡Sorpresa!».
Colton es el empollón de la clase, tal y como lo define Olivia. Es el objetivo de todas las universidades por sus calificaciones.
Un auténtico amante de las ciencias y de todo lo que tenga que ver con el espacio. El mejor regalo que le hacen a Olivia en su vida está relacionado con esto… (y ya no cuento más…)
Atento, romántico…, pero no termina de creerse que una chica como Olivia quiera estar con él.
Tuerzo el gesto como si eso fuese a ayudarme a recordar algo más, porque hace la friolera de veinticinco años de aquello. Muevo la boca de un lado a otro con rapidez y termino por sonreír cuando viene su rostro a mi mente. Fue mi primer novio y vivimos la típica relación adolescente.
—Colton era el empollón de la clase. Ese tipo de empollón al que hoy llamarían friki. Siempre pasaba desapercibido, así que no fui consciente de lo atractivo que era hasta que estuve obligada a pasar tiempo con él y me detuve a mirarlo.
»Tenía unos preciosos ojos color miel que me encantaba observar bajo sus gafas de pasta. Casi siempre vestía con camisas de cuadros y vaqueros. No le preocupaba en absoluto su imagen. Éramos la extraña pareja del instituto, todos decían que no pegábamos ni con cola. Ya por aquel entonces, yo pasaba horas mirando revistas de moda durante el almuerzo mientras él hacía cálculos y más cálculos sobre órbitas espaciales y distancias entre planetas».
»Le encantaba analizarlo todo. No se quedaba tranquilo hasta que encontraba una explicación racional y científica —le cuento a Matthew con una sonrisa de añoranza por aquellos años—. A tan corta edad no me di cuenta, pero Colton era un chico increíble».

Cameron es el compañero de universidad de Olivia. Miembro de una fraternidad con prácticas un tanto abusivas entre los estudiantes, hará todo lo posible por no ser excluido de ella. Aunque tenga que dejar a un lado su moral y ética. Solo se importa él mismo, como bien demuestra al final de su capítulo.
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